Intelectuales del mundo a favor de cambios en los medios de comunicación
Una de las actividades que se realizaron en la décimo cuarta Feria Internacional del Libro de La Habana fue el coloquio La cultura en defensa de la humanidad, lugar donde se reunieron importantes intelectuales del mundo actual y donde se debatió cómo combatir la desinformación y llevar la verdad a las grandes cadenas audiovisuales del mundo.
El ministro de Cultura de Cuba, Abel Prieto presidió el panel integrado por prestigiosas personalidades del mundo. En su presentación cordial de las personas que lo acompañaban dijo que todos están de acuerdo en crear una cultura de la resistencia en defensa de los valores de la humanidad.
El poeta brasileño Thiago de Mello hizo un llamado para que se acaben las armas de exterminio masivo y se aprovechen los recursos naturales en defensa de los problemas globales del planeta. Propuso que si cada intelectual logra conquistar y persuadir a un compañero suyo, las voces se multiplicarán para defender la vida.
Belén Gopegui, escritora del libro El lado frío de la almohada propuso crear un movimiento guerrillero en contra de la desinformación y por la verdad. Mientras que el poeta venezolano Tarek Wuilliam describió los cambios sociales ocurridos en Venezuela y dijo que los intelectuales jóvenes tienen un rol muy importante para llevar la cultura a las grandes masas de la población que antes era analfabeta.
El investigador francés Ignacio Ramonet hizo un recuento de lo ocurrido en el Quinto Foro Social Mundial de Brasil, donde se firmó una declaración en la cual los intelectuales se comprometen a realizar una verdadera defensa de la inteligencia en contra de los nueve monopolios de la información que controlan el 90 por ciento de todo lo que se dice en el mundo.
El dramaturgo cubano Abelardo Estorino, hizo referencia a ocupara todos los espacios posibles para transmitir los mensajes que no dan los monopolios de la información, y dijo poner todas las artes al servicio de transmitir los mensajes sobre Cuba, Venezuela, China y los movimientos progresistas y revolucionarios.
Entre criterios e intervenciones de todos los destacadas personalidades allí reunidos, la tarde transcurrió sin que el tiempo se notara y el público presente se llevó la clara imagen que los intelectuales tienen una importante misión para cambiar el mundo.
El ministro de Cultura de Cuba, Abel Prieto presidió el panel integrado por prestigiosas personalidades del mundo. En su presentación cordial de las personas que lo acompañaban dijo que todos están de acuerdo en crear una cultura de la resistencia en defensa de los valores de la humanidad.
El poeta brasileño Thiago de Mello hizo un llamado para que se acaben las armas de exterminio masivo y se aprovechen los recursos naturales en defensa de los problemas globales del planeta. Propuso que si cada intelectual logra conquistar y persuadir a un compañero suyo, las voces se multiplicarán para defender la vida.
Belén Gopegui, escritora del libro El lado frío de la almohada propuso crear un movimiento guerrillero en contra de la desinformación y por la verdad. Mientras que el poeta venezolano Tarek Wuilliam describió los cambios sociales ocurridos en Venezuela y dijo que los intelectuales jóvenes tienen un rol muy importante para llevar la cultura a las grandes masas de la población que antes era analfabeta.
El investigador francés Ignacio Ramonet hizo un recuento de lo ocurrido en el Quinto Foro Social Mundial de Brasil, donde se firmó una declaración en la cual los intelectuales se comprometen a realizar una verdadera defensa de la inteligencia en contra de los nueve monopolios de la información que controlan el 90 por ciento de todo lo que se dice en el mundo.
El dramaturgo cubano Abelardo Estorino, hizo referencia a ocupara todos los espacios posibles para transmitir los mensajes que no dan los monopolios de la información, y dijo poner todas las artes al servicio de transmitir los mensajes sobre Cuba, Venezuela, China y los movimientos progresistas y revolucionarios.
Entre criterios e intervenciones de todos los destacadas personalidades allí reunidos, la tarde transcurrió sin que el tiempo se notara y el público presente se llevó la clara imagen que los intelectuales tienen una importante misión para cambiar el mundo.
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